En el crecimiento de A.A. una de las tendencias alentadoras, es el hecho de que son cada vez más los hombres y mujeres jóvenes a los que les atrae el programa, antes de que su problema de bebida tenga como resultado un completo desastre.
Hoy muchos de los jóvenes que recurren a A.A. tienen poco más de veinte años y algunos todavía son adolescentes, la mayor parte aun tiene trabajo y familia. A muchos no los han encarcelado nunca ni confinado en instituciones, pero han visto las señales de advertencia; reconocen que son alcohólicos y que no tiene caso permitir que el alcoholismo prosiga en ellos su curso inevitable.
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